Tan pronto como amanece, la fauna de los humedales se despliega en su inmensidad de especies de aire, agua y tierra.
Un mundo de millones y millones de hectáreas de naturaleza floreciente, dueña de sus propias culturas y forjada por la confluencia de la historia. Nuestros viajes siguen el vuelo de las aves a través de estos enormes humedales de América del Sur, marcados por la conservación de la naturaleza en un entorno extraordinario.
En guaraní, "Iberá" significa "aguas brillantes". Esta frase describe perfectamente lo que verás en esta área única: este enorme ecosistema es un área virgen, el hábitat perfecto para cientos de especies de animales y plantas.
Imagínate un ecosistema con un área casi tan grande como Italia, un enorme delta interior casi deshabitado, excepto por la impresionante vida salvaje. Este es el “Pantanal”, un paraíso ecológico en el corazón de Sudamérica, uno de los ecosistemas más inmensos y vírgenes de nuestro planeta.
Cerca de la frontera entre Argentina y Paraguay, de repente el paisaje se parece una imagen surrealista. Un enorme humedal rodeado de palmeras, champales (islas o bancos de arena) y gran diversidad de aves y fauna donde los atardeceres son especialmente mágicos.
Un paisaje impresionante esculpido por la erosión a lo largo de 20 millones de años. La Quebrada de Las Conchas, es una reserva natural y entorno para dejarse llevar por las sensaciones: imponentes acantilados con colores rojos, naranjas, grises, blancos y múltiples tonos vibrantes. Es un paisaje grandioso que te sorprenderá y hasta es posible sentir que te encuentras en otro mundo.
A poco de salir de Cafayate, las rocas se vuelven de un color rojo oxidado y comienzan a levantarse en formas caprichosas de singular belleza a ambos lados del camino.
Toda el área se formó hace 20 millones de años y este extraordinario cañón, eclosionado por la erosión del rio Las Conchas y esculpido a lo largo de millones de años de viento, lluvia y clima severo, ha dejado como resultado imponentes acantilados rojos, naranjas, grises y blancos, de múltiples tonos.
Es una pieza de paisaje simplemente grandiosa de ver.
No podrás dejar de sorprenderse por las enormes fuerzas geológicas tomadas para crear este paisaje. Tendrás que contenerte para no detenerme cada 30 segundos para tomar una foto, es que todo es increíblemente hermoso, pero nos detendremos constantemente para asimilarlo todo.
La huella del pasado siempre está presente, cada tanto algun rancho de adobe, algun puesto rudimentario de artesanias, o algun habitante originario tocando la quena debajo de un algarrobo, invitan a considerar costumbres ancestrales.
Hay varias paradas de visita obligadas, todas al borde de la carretera, pero generalmente paramos en cualquier lado, aleatoriamente y caminamos dentro del paisaje. Muchas veces, en alguna de esas paradas, nosotros hemos sentido que habíamos dejado la Tierra y que estábamos en otro mundo.
En algún punto querrás dejar de sacar fotos para simplemente sentarte y dejarte llevar por las sensaciones.
Nuestra expedición de 5 días a los Valles Calchaquíes te permite disfrutar este lugar e ensueño.
