Una tierra llana, espinosa y sofocante, durante siglos, ocupada solo por unas cuantas tribus indígenas resistentes. Sin embargo, es un paisaje peculiar y hermoso, aunque melancólico y gratificante para aquellos que buscan lugares salvajes en un mundo cada vez más desarrollado y accesible.
La gran llanura que se extiende en la mitad occidental de Paraguay, es el Gran Chaco. A pesar de tener casi dos tercios del país, alberga solo al 3% de la población.
Algunas partes aún están habitadas por indígenas cazadores-recolectores y en otras partes de la zona central por curiosos enclaves menonitas.
También es una tierra sin turistas.