Si disfrutas la actividad al aire libre, te sugerimos un paseo impresionante de un día completo para llegar a cavernas virtualmente desconocidas y absolutamente aisladas, excavadas por la Naturaleza en la piedra arenisca roja de la zona, escondidas en medio de las montañas en los Valles Calchaquíes. 

Estas cavernas se formaron hace miles de años y si fueran más conocidas, serian famosas por sus singulares formaciones y por la luz que se filtra a través de los huecos en su techo, creando una visión abstracta de forma y sombra. 

Únicamente son accesibles caminando por el cañón de un rio, que según la época del año puede tener un hilo de agua en medio del desfiladero o estar completamente seco. Pero previamente  implica llegar por un camino vecinal a la finca donde se encuentran y recorrer unos kilómetros por una huella en el cauce seco del río en 4x4, donde se inicia la caminata de 6 kilómetros por un entono increíble. El nivel de exigencia es medio, pero nosotros significaba alto, pero aun sin preparación y sin un estado físico adecuado, lo logramos hacer.

Nuestro amigo Fido, el dueño del rancho hace las veces de baquiano experto y guía local. Fido nació y siempre vivió allí, vive y respira los Andes y tiene una pasión por ellos que comparte con los visitantes.

Simplemente llegar al punto de partida del cañón es asombroso en sí mismo, y luego comenzar a caminar y explorar este paisaje de otro mundo, donde vivieron antiguas civilizaciones es un verdadero privilegio para disfrutar de la extraordinaria belleza de la naturaleza.

Pero sin dudas, la frutilla del postre es llegar a las cuevas, ahí quedaras sin aliento en ese entorno mágico rojo y sacarás fotos hasta el cansancio.